Toda vacuna es una preparación destinada a generar inmunidad contra una enfermedad para estimular la producción de anticuerpos. Se trata de una suspensión de toxoides, bacterias, virus muertos o atenuados o de ingeniería genética, que se administran por inyecciones o con un vaporizador nasal u oral.
El gobierno boliviano recibió el 28 de enero las primeras dosis de la vacuna Sputnik V y se establece como prioridad vacunar al personal de salud que está en primera línea. Hasta el día lunes 1 de marzo, Bolivia había vacunado solo al 0,09% de la población, mientras que Chile ya lo hizo al 17,3%, Brasil al 3,8%, Costa Rica al 2,2%, Panamá al 2,2%, etc.
Con el propósito de conocer la percepción de la vacuna para la Covid-19 en el personal de salud de Bolivia y la decisión de hacerse vacunar, el Instituto para el Desarrollo Humano realizó, entre el 8 y el 17 de febrero, un sondeo virtual. Respondieron 845 personas, de las cuales 121 son trabajadores de salud, de ellos: un 46% son médicos, 17% licenciado/as en enfermería, 17% psicólogos/as, 9% bioquímicos/as y el resto de otras áreas de la salud. El 2,5% del personal de salud encuestado pertenece a las poblaciones claves (personas con VIH o de la población TGLBI).
El 79% del personal de salud tiene entre 24 a 59 años y un 21% son mayores de 60 años. El 63% se identifica con el sexo femenino y el 37% con el masculino. El 55% vive en el departamento de Cochabamba, el 22% en La Paz, 7% Oruro, 4% Santa Cruz y el 12% en el resto de los departamentos.
El 62% de la población encuestada considera que la vacuna ayudará a poner fin a la crisis sanitaria por la Covid-19 (un 7% más que la población general), sin embargo, el 38% no cree que la vacuna podrá frenar la epidemia o no sabe qué opinar al respecto. El 71% está dispuesto a vacunarse (un 7% más que la población general), el 9% no (el 17% en la población general) y el 20% no sabe aún. Los principales motivos para no vacunarse son: el miedo a los efectos secundarios (18%); la falta información (7%); la idea de que las vacunas no sirven (3%).
En cuanto a la preferencia por alguna marca de vacuna, el sondeo indica: Pfizer (19%), Oxford-AstraZeneca (17%), Sputnik V (12%), cualquiera el 12%.
Un punto relevante del estudio es que el 78% del personal de salud refiere que compraría la vacuna si estuviera a la venta en servicios de salud privados (farmacias), sin esperar que el Gobierno se las brinde gratuitamente. En cambio, un 74% de la población general estaría dispuesta a comprarla.
Sin duda alguna, el personal de salud es una población muy vulnerable al contagio de la Covid-19 y debe recibir la vacunación lo más pronto posible. Se sabe que fallecieron más de 400 profesionales de la salud y miles se infectaron en Bolivia.
Llama la atención que el 9% refiere que no se vacunará a pesar de los riesgos evidentes de contagio. Diversas investigaciones a nivel internacional, refieren que 1 de cada 8 médicos (el 12,5%) no están de acuerdo con algunas o todas las vacunas.
Para detener una pandemia, al menos el 80% de la población debe tener inmunidad, en este caso contra la Covid-19, en consecuencia, el reto es que las autoridades sanitarias alcancen esa cobertura de vacunación en el total de los habitantes del país. El personal de salud que no quiere vacunarse, no debe emitir mensajes contrarios a la campaña de vacunación con falsa información (infodemia).
La decisión de no vacunarse es personal, la política de un Estado es del bien común.
JHEMEL GARAY QUIROGA
Responsable del Servicio de Salud del Instituto para el Desarrollo Humano-Bolivia